Muchas mujeres de mediana edad achacan su aumento de peso al proceso de transición a la menopausia, pero no es algo que ocurra de la noche a la mañana.
El efecto de la edad sobre el peso se puede percibir a partir de los 30 años. En ese momento, comienza a producirse un descenso progresivo de la masa muscular, lo cual se traduce en una tasa metabólica basal menor. Esto quiere decir que quemamos menos calorías en reposo al tener menos músculo.
La actividad física programada, realizada de forma habitual, es clave para mantener la masa muscular.